El líder del movimiento Ansarulá de Yemen, Sayyed Abdul-Malik Badreddine Al-Huzí, condenó el último insulto estadounidense al Sagrado Corán, describiéndolo como un ataque directo al libro sagrado, su luz divina y el legado preservado de los profetas y las escrituras sagradas para toda la humanidad.
Sayyed Al-Huzí declaró que el acto fue perpetrado por un candidato electoral estadounidense, quien lo convirtió en una herramienta de campaña política. Denunció el incidente como un crimen atroz contra el símbolo más sagrado del islam, enmarcándolo en lo que describió como la actual guerra sionista-judía, en la que participan Estados Unidos, el Reino Unido, la entidad de ocupación israelí y sus aliados en Occidente y Oriente. Según él, esta campaña busca engañar a las sociedades, esclavizar a las naciones y cometer crímenes, violando valores sagrados para lograr objetivos de saqueo, robo y ocupación.
Añadió que el odio hacia los judíos sionistas y sus seguidores expone su oscuridad moral, mientras que el Corán protege a los creyentes de su corrupción y extravío. Sayyed Al-Huzí enfatizó que el Corán sigue siendo la salvaguardia de la humanidad contra la tiranía y la opresión, y sirve como refugio para quienes buscan la salvación en este mundo y en el venidero.
Además, Sayyed Al-Huzí criticó los continuos insultos, así como las guerras blandas y duras que libran las fuerzas sionistas a través de sus aliados de la ocupación estadounidense, británica e israelí. Describió estas acciones como una clara hostilidad hacia el islam y los musulmanes, con el objetivo de socavar la posición del Corán en el corazón de los creyentes. Señaló como prueba los continuos crímenes y agresiones contra los palestinos y sus lugares sagrados, subrayando la complicidad occidental en estos actos.
Instó a los musulmanes —gobiernos, pueblos e intelectuales por igual— a cumplir con sus responsabilidades religiosas y humanitarias al enfrentar lo que describió como la tiranía de las fuerzas sionistas, que buscan normalizar la profanación de sangre, tierras y lugares sagrados. Al-Houthi condenó a quienes, por debilidad o hipocresía, adoptan narrativas falsas, distorsionan las posturas antitiranía y desalientan la acción práctica contra la injusticia.
Destacando las preocupaciones regionales, llamó la atención sobre la continua agresión israelí en el Líbano, la profanación de Siria y las conspiraciones que afectan a todo el Medio Oriente, incluido Yemen. Calificó el llamado “Proyecto de Transformación de Oriente Medio” como un ataque a la religión, la libertad, la dignidad, la identidad y la soberanía de la nación islámica, otorgando a Israel el control sobre los asuntos regionales.
Enfatizó que la población musulmana mundial, de más de dos mil millones de personas, tiene el potencial de lograr un cambio significativo si actúa con determinación. Criticó la ausencia de respuestas políticas, económicas y mediáticas, advirtiendo que la inacción podría tener graves consecuencias. Sayyed Al-Huzí instó al pueblo yemení a adoptar una postura clara mediante movilizaciones generalizadas, comenzando en universidades y escuelas y culminando con grandes manifestaciones el próximo viernes, con la participación de académicos religiosos y la sociedad civil. Describió estas acciones como una reafirmación de la identidad islámica, un rechazo a los insultos estadounidenses y sionistas al Corán, la solidaridad con el pueblo palestino y la preparación para enfrentar las conspiraciones contra la nación musulmana.
Source: Al Manar



